lunes, 22 de enero de 2024

Piñata

 



No es que yo crea en vos.

Ni vos en mí.

Ya superamos esa etapa.

Simplemente nos gusta tener a alguien ahí

para acompañar la oscuridad.

Siempre nos sentamos en silencio

y esperamos que los minutos

suelten las palabras de donde se quedaron enganchadas

desde hace tantos años.

Es casi como encontrar una piñata vieja, decís vos, dios,

y recogés una del suelo.

La probás rápidamente

y hacemos una mueca de dolor.

Asentimos juntos como si recordáramos algo.

¿Cómo es?, pregunto.

Es como masticar papel de aluminio, decís,

toda esta dolorosa esperanza desnuda.