domingo, 3 de enero de 2021

Girls just want to have fun

 


Todo empezó así:

Queríamos cosas,

abrazando la almohada, esperábamos a viajar Stalingrado

y ver a Freddy Mercury. 

Luego tuvimos nuestras primeras visiones

soñamos con la bendición de la multitud

soñamos con un auto completamente nacional

soñamos con príncipes que no querían una relación abierta.

Nos reuníamos a discutir estas visiones

recitando conjuros frente a la tabla huija

Nuestros esposos potenciales cayeron y están sepultados

cuatro o cinco para cada una, la tierra escupirá la estadística.

Todavía tenemos las trenzas francesas

pero los aros de papel maché

cayeron y fertilizaron la tierra.

Éramos chicas, sí,

pero no tan chicas como vos te creés.

Dijimos: nadie ordeña una cerda. En general las matan

con un tajo en la yugular, colgadas de los pies, aterradas. 

Durante un tiempo fuimos básicas. 

Tocamos el piano. Tiramos el I-Ching. 

¿Quién olvidará lo que hicimos en el umbral, el baño del bar, la habitación del hotel?

Creíamos que nunca había existido tanta curvidad como la de nuestra cadera

y nadie había dicho aún una palabra sobre estrategia, excepto mamá. 

A veces, al caer la noche, las orejas de conejo temblaban y por la tevé

pasaban un comunicado sobre el sorgo.

Nos pusimos manos a la obra en nuestro equipo táctico. 

Un traje estaba hecho de plumas de paloma. 

Otro estaba hecho de hojas de la revista Burda.

En todos había escamas de piel de los papás. 

Al quinto lo prohibieron porque era ilegal

que hubiera amaneceres sexuales 

en el vuelo de falda acampanada

cortada en evasé.

Todas juntas éramos como un galpón de bombas

y no nos dábamos cuenta,

para nada.

Éramos una ausencia de amo.

Teníamos en la garganta una canción de guerra

Pensábamos que el derramamiento de sangre

sería parecido a la crema pastelera

de vainilla

Pero sobreestimamos nuestra ventaja táctica sobre los profesores de gimnasia.

Habíamos presentado una lista de demandas escritas sobre un papel con purpurina

que nadie contestó jamás.

Estábamos en medio de otras clases: niños, pobres.

Estábamos en medio de otras clases: obreros, rebeldes.

Traicionamos a nuestras madres, por supuesto.

Cuando se enteraron que habíamos tomado las armas

nos mandaron libros para colorear.

Los policías que trajeron los libros

nos violaron por diversión.